¿Pueden las microalgas cultivadas en el Mediterráneo salvarnos del cambio climático?

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El sector de las microalgas tiene un potencial significativo en el contexto de la transición de una economía basada en recursos fósiles y una industria de masas globalizada hacia una “bio-economía circular y territorializada” que responda a una demanda creciente de la sociedad civil.

En efecto, las algas, y en particular el plancton microalgal, rico en su diversidad y funcionamiento fisiológico y ubicado en mares, lagunas y agua dulce, representan la mitad del depósito de biomasa mundial. Sin embargo, los recursos renovables y su valoración a través de procesos de sostenibilidad  tienen un gran futuro, sobre todo porque pueden contribuir a la lucha contra el cambio climático.

Las microalgas presentan numerosas ventajas.

Primero, por su fisiología: crecimiento en modo fotosintético utilizando energía solar y CO2 atmosférico, emitiendo oxígeno y nutrientes (nitrógeno y fósforo no orgánicos) desde residuos de todo tipo. Otra ventaja son los elementos que se producen con múltiples aplicaciones para la salud: prevención de determinadas enfermedades como el Alzheimer y la corrección de deficiencias en micronutrientes y proteínas; en cosmética (componentes naturales); en nutrición animal y humana (colorantes, texturizantes, aromas, ácidos grasos insaturados y aminoácidos esenciales); en química vegetal  e industrias de fermentación, incluso en biocombustibles (especialmente para aviones).

Otra ventaja de las microalgas radica en sus condiciones de producción frente a otras fuentes de biomasa: tienen una productividad por unidad de superficie muy superior gracias a su muy rápida multiplicación (producción continua durante 7 meses en la región norte y 10 meses en la zona sur del mediterráneo, es decir 5 a 10 veces más que la producción agrícola convencional. Además, las instalaciones de producción pueden realizarse en suelos de calidad no agrícola, en cuencas o en lagunas alcalinas, evitando así conflictos de uso de suelos y aguas y por tanto tensiones en los mercados de productos alimenticios.

En tercer lugar, el nivel de contaminación de los sitios de producción es muy bajo, gracias a la facilidad de reciclaje. El potencial para capturar y reutilizar el CO2 atmosférico es mucho mayor que el de los cultivos y los bosques.

Las aplicaciones de las microalgas son numerosas y abren nuevos mercados.

En el caso de moléculas de alto valor añadido (salud, cosmética, alimentación), el mercado parece cercano a su despegue debido a la presión de los consumidores a favor de complementos alimenticios con propiedades saludables y productos naturales con connotación “orgánica”.

Para otras aplicaciones (proteínas para alimentación animal complementaria, especialmente en acuicultura) el mercado es receptivo, sujeto a aspectos sanitarios y regulatorios y a los volúmenes solicitados. En cuanto a los biocombustibles, el horizonte de desarrollo parece más lejano (10 a 30 años).

El Mediterráneo se enfrenta a enormes desafíos:

  • Sociales (creación de 66 millones de puestos de trabajo entre 2015 y 2030 y 71 millones entre 2030 y 2050, es decir, más de 5 millones por año);
  • Alimenticios (alimentar a 125 millones de bocas adicionales para 2050) garantizando alimentos de calidad, a pesar de la escasez de recursos hídricos y el cambio climático;
  • Ambientales (reducir la contaminación terrestre y marina y garantizar la calidad del aire, el agua y los espacios).

Dada la escasez de recursos de biomasa y la importancia de las superficies marítimas, las microalgas podrían constituir una oportunidad en esta región, pero solo responderían de manera indirecta y marginal al desafío de la seguridad alimentaria. De hecho, la seguridad alimentaria sostenible presupone una producción de calidad, y en cantidad suficiente. Sin embargo, las microalgas no pueden responder a una abundante producción, porque no son competitivas frente a las fuentes de proteínas vegetales como las legumbres o la soja dominante. El mismo razonamiento se refiere a los biocombustibles de algas. Por otro lado, las microalgas son adecuadas para situaciones de deficiencias nutricionales ocasionales y como productos nutricionales de emergencia. En todas sus demás aplicaciones, las microalgas pueden ser bastante importantes en la cuenca mediterránea: para el control de la contaminación y como ingredientes para la alimentación humana y animal.


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