Geopolítica: La clara separación Norte-Sur acentúa las diferencias entre las dos orillas del Mediterráneo
La cuenca mediterránea está estructurada por una clara separación entre las dos orillas. Aunque las costas se parezcan geográficamente, los países pertenecientes a la Unión Europea viven en un mundo fundamentalmente diferente al de sus vecinos del sur en los campos de la economía, el desarrollo, la educación, la demografía, el sistema político o la sociología, con algunos matices relativos a Turquía, Israel, Líbano y Túnez.
Esta división Norte-Sur, que comienza en el estrecho de los Dardanelos y ha crecido en los últimos 30 años, se ve reforzada por el papel de interfaz que juegan los países de la orilla Sur con sus vecinos más lejanos de Europa, que a menudo se encuentran en una situación más precaria, particularmente en el África saheliana. De igual manera, el auge del Islam en estos países contribuye al distanciamiento intelectual en términos de representaciones simbólicas y religiosas con poblaciones europeas donde el ateísmo está en proceso de generalizarse.
Si el análisis de los países de esta zona bajo el prisma de su pertenencia a las regiones mediterráneas oriental, central y occidental conserva cierta relevancia, la tendencia a la homogeneización de la ribera Sur opera bajo el efecto de la globalización, la islamización y la creciente influencia de Oriente Medio sobre todo el Mediterráneo.
Las tensiones inherentes a esta polarización se ven reforzadas por la incapacidad de los países de la orilla Sur a generar entre ellos un ámbito de cooperación como el de la Unión Europea. Por el contrario, las relaciones de vecindad suelen ser inexistentes y, en ocasiones, incluso conflictivas. Todos los países de la orilla Sur tienen relaciones difíciles con sus vecinos. Por lo tanto, no sorprende que dentro de los países de la orilla Sur las tensiones geopolíticas sean las más fuertes. La protección de los regímenes vigentes frente al riesgo de desestabilización, la desviación del descontento hacia un chivo expiatorio externo, la canalización de las frustraciones en una embestida nacionalista favorecen el endurecimiento de los gobernantes y las posturas marciales. El crecimiento de los presupuestos de defensa en esta región y los grandes pedidos de armamento de primer nivel son ejemplos de esto. Hoy, la orilla sur está marcada por dos países que acaban de salir de la guerra civil (Libia, Siria) y tres países ofensivos en su postura geopolítica: Argelia frente a Marruecos, Israel frente a Irán y las milicias pro-iraníes en Líbano y Siria y Turquía frente a Grecia y Chipre. En la orilla norte, las preocupaciones se limitan al terrorismo islámico, los flujos migratorios y los recursos de hidrocarburos, con la excepción de Grecia y Chipre, que se enfrentan más directamente al expansionismo turco. Esta discrepancia en las percepciones y Los posicionamientos pueden fomentar malentendidos y suponer una fuente de conflictos.