Establecida una Estrategia para el Desarrollo Sostenible en toda la región mediterránea
La Estrategia Mediterránea para el Desarrollo Sostenible (EMDS) es un marco político integrador y un documento de orientación estratégica para que todas las partes interesadas y socios traduzcan la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible a escala regional, subregional y nacional. Los objetivos generales de la Estrategia son: Proporcionar un marco político estratégico para garantizar un futuro sostenible para la Región del Mediterráneo; Adaptar los compromisos internacionales a las condiciones regionales, orientar las estrategias nacionales y estimular la cooperación regional para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y Vincular la necesidad de proteger el medio ambiente con el desarrollo socioeconómico.
La Estrategia está formulada para tener en cuenta los resultados de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20), que puso especial énfasis en la economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. El proceso de desarrollo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible amplía los Objetivos de Desarrollo del Milenio y ofrece un conjunto de objetivos coherentes e integrados en la Agenda de Desarrollo 2030 de las Naciones Unidas.
El Mar Mediterráneo alberga una gran diversidad de ecosistemas y especies sujetas a una presión considerable. Sus costas reciben el 30% de las llegadas de turistas internacionales. El desarrollo de las grandes ciudades y mega ciudades aumenta las presiones derivadas del aumento de la población y la acumulación de actividades económicas en las zonas costeras. Los productos agrícolas y la dieta mediterránea gozan de una reputación mundial, pero dependen de la sostenibilidad de los paisajes rurales, los recursos y de unas condiciones de trabajo dignas. Las rutas marítimas internacionales a través del Mediterráneo hacen que la densidad del tráfico marítimo sea excepcional para un mar semi cerrado. El reciente interés por la explotación de hidrocarburos y minerales en los fondos marinos del Mediterráneo también conlleva riesgos para el medio marino.
Las importantes diferencias en los niveles de desarrollo entre los países de la ribera, así como los conflictos en la región, también constituyen desafíos para vislumbrar un futuro sostenible para la cuenca del Mediterráneo. La fragilidad de la región se agrava por su sensibilidad al cambio climático: los ecosistemas mediterráneos son y serán los más afectados por los motores del cambio climático global.
Esta estrategia sigue una estructura basada en seis objetivos que se encuentran en la interfaz entre el medio ambiente y el desarrollo y que han sido seleccionados para promover un enfoque integrado para abordar los problemas de sostenibilidad. Los primeros tres objetivos reflejan un enfoque territorial, mientras que los otros tres objetivos son transversales y se ocupan de políticas y áreas clave de la siguiente manera:
1. Asegurar el desarrollo sostenible en las áreas marinas y costeras;
2. Promover la gestión de recursos, la producción de alimentos y la seguridad alimentaria a través de formulas sostenibles de desarrollo;
3. Planificación y gestión de ciudades mediterráneas sostenibles;
4. Abordar el cambio climático como un tema prioritario para el Mediterráneo;
5. Transición a una economía verde y azul;
6. Mejorar la gobernanza en apoyo del desarrollo sostenible.
Se ha formulado un conjunto de direcciones estratégicas para cada uno de los seis objetivos. Las orientaciones estratégicas se complementan con acciones nacionales y regionales, así como con iniciativas y objetivos emblemáticos. Las acciones propuestas tienen como objetivo proporcionar dirección e inspiración para impulsar la Estrategia de manera más efectiva. La Estrategia da por sentada la implementación de todas las obligaciones nacionales e internacionales, aunque no las mencione explícitamente. Se entiende que no todos los países pueden necesitar o tener los recursos para emprender todas las acciones propuestas: puede ser preferible adaptar las acciones propuestas a las necesidades nacionales de cada país.