Nuevas políticas para promover la participación económica de las mujeres en el Mediterráneo Occidental
En el contexto de la copresidencia española de 2021 del Diálogo 5+5 y en base a la Declaración de Túnez adoptada el 20 de octubre de 2020 por los Ministros de Asuntos Exteriores de los países del Mediterráneo Occidental, el IEMed (Instituto Europeo del Mediterráneo) ha organizado una conferencia titulada « Promover la participación económica de las mujeres en el Mediterráneo Occidental », con el objetivo de aportar recomendaciones políticas a las deliberaciones que tendrán lugar durante la Reunión Anual de Ministros de Asuntos Exteriores de la cuenca del Mediterráneo Occidental, bajo la copresidencia española del Diálogo 5+5.
En consonancia con el enfoque de la Agenda 2030 de Naciones Unidas (Alcanzar la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas), esta conferencia propuso presentar la igualdad entre mujeres y hombres como un eje transversal que permita construir sociedades más prósperas, inclusivas y sostenibles. El objetivo de la conferencia fue informar sobre las disparidades económicas entre hombres y mujeres dentro de las sociedades del Mediterráneo Occidental, antes de presentar prácticas para promover la participación económica de las mujeres en los países de la región.
La participación económica de las mujeres en el Magreb es crucial para garantizar el desarrollo humano y socioeconómico.
Una mejor participación económica de las mujeres es crucial para construir sociedades más prósperas, inclusivas y sostenibles. Avanzar hacia la igualdad de género y la plena realización de los derechos de las mujeres (Objetivo de Desarrollo Sostenible) implica promover la participación de las mujeres en la economía, incluido su acceso a trabajos dignos y puestos de decisión, igualdad de remuneración, control de las capacidades productivas, de su tiempo de trabajo y de la organización de sus vidas.
Los beneficios para la sociedad en general son claros: la participación económica de las mujeres contribuye a impulsar la productividad, diversificación y prosperidad de las economías, y permite avanzar hacia el logro de metas de desarrollo sostenible como la erradicación de la pobreza, la seguridad alimentaria, la salud, la educación, y sobre todo, la reducción de las desigualdades.
Por el contrario, privarse de la participación económica de las mujeres tiene un costo considerable -tanto en términos de PIB (15% del PIB mundial según el Banco Mundial)- que ninguna sociedad puede ignorar. Sin embargo, está claro que los países de Oriente Medio y el Norte de África se encuentran entre los países con las tasas más bajas de participación de la mujer en la fuerza laboral. Este es particularmente el caso del Magreb donde, a pesar de los avances en términos de educación, las tasas de participación de las mujeres en el mercado laboral no superan el 25%. Las mujeres también se ven más afectadas por el desempleo, los trabajos precarios, las desigualdades salariales y tienen un acceso extremadamente limitado a puestos de responsabilidad. Así, si en Túnez las mujeres representan aproximadamente el 70% de los titulados universitarios, sólo el 25% de las tunecinas se encuentran en el mercado laboral. En Libia, menos del 1% de los empresarios son mujeres.
La pandemia del Covid-19: una crisis que ha afectado sobre todo a las mujeres
Económicamente en el Magreb, es necesario subrayar el papel de la pandemia de la Covid-19 en la agudización y puesta en valor de estas desigualdades entre hombres y mujeres. De hecho, las mujeres se han visto afectadas de manera desproporcionada por la crisis económica. Trabajando principalmente en los sectores del turismo, el trabajo doméstico y los servicios, las mujeres han visto incrementada su vulnerabilidad ante el desempleo y el cese de actividad de manera más significativa que para los hombres. Según las panelistas, en Túnez, el 50% de las empresas dirigidas por mujeres estaban amenazadas de desaparición, mientras que en Argelia, el riesgo de cese de actividad de las empresas con una mujer al frente era 6 puntos porcentuales superior al de las empresas dirigidas por hombres.
Además, los participantes en la conferencia destacaron el papel central que han jugado las mujeres frente a la crisis sanitaria y económica. De hecho, las mujeres se han encontrado en la primera línea de la emergencia sanitaria como componente principal del personal médico. Por otro lado, tuvieron que enfrentar responsabilidades familiares más pesadas relacionadas con la educación de los hijos y las tareas del hogar que solo podrían haber obstaculizado su participación en la vida económica, así como una mayor exposición a la violencia doméstica y económica.
Superación de obstáculos para una mayor participación económica de las mujeres en el Magreb Para los participantes de la conferencia, es fundamental identificar los obstáculos y factores que inciden en la baja participación económica de las mujeres en el Magreb para poder desarrollar respuestas adecuadas a este desafío. La dificultad de las economías de la región para generar empleo decente fue mencionada en primer lugar como un elemento importante a tener en cuenta, en la medida en que esto reduce considerablemente el espectro de oportunidades de empleo disponibles. Promover la creación de empleos decentes en la economía formal es un requisito previo fundamental para poder integrar más a las mujeres en la fuerza laboral y para que se beneficien de los derechos sociales esenciales. Más allá del bajo rendimiento de las economías del Magreb en términos de creación de empleo, que afecta principalmente a jóvenes y mujeres, los ponentes señalaron especialmente un entorno general que no es propicio para fomentar la participación económica de las mujeres