El área mediterránea concentra los principales flujos de cruces irregulares de fronteras de la Unión Europea

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La costa mediterránea de Europa es un punto histórico de entrada de flujos migratorios al continente. Las travesías del Mediterráneo desde la orilla sur para llegar a Europa están motivadas por múltiples factores que tienen su origen, en particular, en los crecientes desequilibrios que existen entre las sociedades de las dos orillas de la cuenca mediterránea, tanto desde el punto de vista económico como demográfico.

En 2015, el número de entradas irregulares en Europa alcanzó su punto máximo, superando el millón de entradas en un año. Si desde esa fecha los cruces irregulares evaluados por la administración europea se han reducido en más de un 80% hasta situarse en 125.100 cruces irregulares en 2020, el año 2021 estuvo marcado por un nuevo incremento de más de la mitad de entradas que alcanzó los 199.900 cruces irregulares. La ruta marítima es el principal medio de cruce irregular de las fronteras de la Unión y en 2021 representó 112 600 cruces, es decir, el 56 % de todos los cruces irregulares.

Estos cruces irregulares toman principalmente tres rutas marítimas que corresponden a diferentes países de origen de los migrantes. La Ruta del Mediterráneo Occidental conecta España con las costas de Marruecos, Argelia y Mauritania. En 2021, representó 18 466 cruces irregulares, es decir, el 9 % de estos cruces en la Unión. También incluye las llegadas por vía terrestre a los enclaves españoles de Ceuta y Melilla. Las principales nacionalidades de los migrantes que utilizan esta ruta son Argelia seguida de Marruecos.

La ruta del Mediterráneo central, que conecta Italia y Malta con Egipto, Libia, Túnez, Argelia y Turquía, es la principal ruta de acceso para los cruces fronterizos irregulares de la Unión. En 2021 representó 67 724 entradas, es decir, el 60 % de los cruces marítimos irregulares hacia la Unión. El crecimiento muy significativo en 2021 del número de ciudadanos egipcios que utilizan esta ruta la convirtió en la primera nacionalidad representada en 2021, seguida de los inmigrantes de Bangladesh y Túnez.

La ruta del Mediterráneo Oriental, que conecta la costa turca con Chipre, Grecia y los Balcanes Occidentales, contabilizó 20.567 cruces irregulares en 2021. Esta ruta, que tiene la particularidad de estar duplicada por una ruta terrestre, es la que mayor reducción ha experimentado desde el pico migratorio de 2015, cuando representó más del 85% de las llegadas irregulares a la Unión. La principal nacionalidad representada sigue siendo Siria en 2022, seguida de dos países del África subsahariana (Nigeria y la República Democrática del Congo).

La cuenca del Mediterráneo también concentra, por su gran extensión y la dificultad de controlarla, el desarrollo de redes de tráfico de migrantes. Las desiguales sanciones penales previstas en los países de origen han favorecido el desarrollo de esta “economía criminal de la inmigración ilegal” cuyos ingresos fueron estimados entre 4.700 y 5.700 millones de euros en 2015 por la agencia Europol. Además del apoyo que se presta a los guardias de fronteras y costas de los Estados miembros, las distintas operaciones que lleva a cabo la agencia europea Frontex en el Mediterráneo tienen la función de participar en la lucha contra el tráfico de migrantes y las redes criminales internacionales.


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